El punto de inflexión fue la tarde del Jueves 7 de Agosto.
Extra motivado por alguna lectura pro-masoquista y dado que mi Alto Mando se encuentra disfrutando de sus merecidas vacaciones, me disponía llegar a casa desde la hiper-aire-acondicionada oficina, calzarme mis nuevas zapatillas y salir a correr por el asfalto derretido de Sevilla. Un poquito de extrahidratación antes de salir, esperar a que el sol no golpease con fuerza desmesurada y cruzar los dedos para ver si el espíritu de los golpes de calor no me visitaba.
A las 17:32, con mi culo casi fuera de la silla de mi oficina, llega el siguiente mensaje de Leni: "Claire, una chica del club Hispabikers pone en venta su dorsal y el de su novio para Paterna..."
Puff, ya le hemos liado. Al poco rato, ese dorsal ya era virtualmente mío. Un poco más de 70 días para el 18 de Octubre, y yo con estos pelos...
Las zapatillas se quedan en el armario. A casa de papá y mamá a por la bicicleta.
Planeo una ruta semilight, esperando coincidir en algún punto con Leni y Mai, que andan también esos campos de Dios. No ocurrirá aunque todos nos llegamos a parar en lo alto de la vías del tren para descansar en algún momento. (Nota: Estudiar otro punto de descanso, que ese tienta a tirarse y acabar con el sufrimiento).
Para variar salgo por la pasarela de Camas y esta vez decido subir por Caño Ronco. Un poquito de esfuerzo al principio. La calle se me hace interminable, luego pensaré que me he desgastado demasiado, tengo que aprender a controlarme, por mi bien. Pese a todo, subo a un ritmo aceptable para el nivel de enquistamiento que tengo acumulado de estos meses parado.
Una vez llegado arriba, la única salida conocida (voy solo y no es plan de perderse) es bajar la cuesta que ya bajamos un día con Cuberos, la que al final hay que cruzar la carretera para entrar en el campo de tiro. Voy con prudencia que no quiero irme al suelo antes de tiempo.
Una vez llegado al camino del campo de tiro sigo en dirección a la bañera, no se si subiré por ahí todavía, pero es la parte de la ruta que puedo coincidir con Mai y Leni. Vuelvo a sufrir en la cuesta que queda a mitad de camino, me adelantan unos chavales que van de pro pero al final resultan ser bastante asequibles, en las bajadas me hacen frenar porque no quiero adelantarlos y establecer un pique. Para quemarme me basto y me sobro.
Llego a la bañera pero mis sensaciones no son buenas. No me gusta como voy. Hace mucho calor. Incluso he tenido uno de esos momentos de máxima chunguez que solo puede tener alguien que pertenezca al Pepineitor en cualquiera de sus disciplinas deportivas: tenía mucho calor y llevar mochilagua te impide refrescarte la cara... salvo que escupas el agua hacia delante y te caiga encima, lo intento en un par de ocasiones aunque solo consigo salpicarme un poquito, el cansancio me impide calcular la trayectoria parabólica correctamente, ahora me alegro de no haberlo conseguido.
Paro a descansar en la caseta de las vías del tren, decidiendo si ataco la bañera o sigo por la vía verde del agua. Finalmente me decido por la segunda opción, prefiero rodar con buen ritmo en llano, ya había subido una cuesta durilla y la segunda podía resultar mortal.
El resto fue coser y cantar. Rodé a muy buen ritmo, me vi bien esa parte final.
Al final 2:05 desde que salí de casa, con una paradilla de 10 minutitos, 35 km. Bastante sufrimiento pero lo considero necesario a estas alturas. Paterna está en el horizonte, ¿llegaremos a la intermedia?.
Por otra parte mis zapatillas nuevas también están teniendo su ración estos días. Salí el viernes y el domingo, 6 y 7.5 km, a un ritmo muy lento para como estaba en Mayo cuando paré, es normal. Sobre los 5:40 el kilómetro. Tengo unas agujetas de impresión. Aún así estoy satisfecho. Francho ha vuelto a los caminos... y al asfalto.
Extra motivado por alguna lectura pro-masoquista y dado que mi Alto Mando se encuentra disfrutando de sus merecidas vacaciones, me disponía llegar a casa desde la hiper-aire-acondicionada oficina, calzarme mis nuevas zapatillas y salir a correr por el asfalto derretido de Sevilla. Un poquito de extrahidratación antes de salir, esperar a que el sol no golpease con fuerza desmesurada y cruzar los dedos para ver si el espíritu de los golpes de calor no me visitaba.
A las 17:32, con mi culo casi fuera de la silla de mi oficina, llega el siguiente mensaje de Leni: "Claire, una chica del club Hispabikers pone en venta su dorsal y el de su novio para Paterna..."
Puff, ya le hemos liado. Al poco rato, ese dorsal ya era virtualmente mío. Un poco más de 70 días para el 18 de Octubre, y yo con estos pelos...
Las zapatillas se quedan en el armario. A casa de papá y mamá a por la bicicleta.
Planeo una ruta semilight, esperando coincidir en algún punto con Leni y Mai, que andan también esos campos de Dios. No ocurrirá aunque todos nos llegamos a parar en lo alto de la vías del tren para descansar en algún momento. (Nota: Estudiar otro punto de descanso, que ese tienta a tirarse y acabar con el sufrimiento).
Para variar salgo por la pasarela de Camas y esta vez decido subir por Caño Ronco. Un poquito de esfuerzo al principio. La calle se me hace interminable, luego pensaré que me he desgastado demasiado, tengo que aprender a controlarme, por mi bien. Pese a todo, subo a un ritmo aceptable para el nivel de enquistamiento que tengo acumulado de estos meses parado.
Una vez llegado arriba, la única salida conocida (voy solo y no es plan de perderse) es bajar la cuesta que ya bajamos un día con Cuberos, la que al final hay que cruzar la carretera para entrar en el campo de tiro. Voy con prudencia que no quiero irme al suelo antes de tiempo.
Una vez llegado al camino del campo de tiro sigo en dirección a la bañera, no se si subiré por ahí todavía, pero es la parte de la ruta que puedo coincidir con Mai y Leni. Vuelvo a sufrir en la cuesta que queda a mitad de camino, me adelantan unos chavales que van de pro pero al final resultan ser bastante asequibles, en las bajadas me hacen frenar porque no quiero adelantarlos y establecer un pique. Para quemarme me basto y me sobro.
Llego a la bañera pero mis sensaciones no son buenas. No me gusta como voy. Hace mucho calor. Incluso he tenido uno de esos momentos de máxima chunguez que solo puede tener alguien que pertenezca al Pepineitor en cualquiera de sus disciplinas deportivas: tenía mucho calor y llevar mochilagua te impide refrescarte la cara... salvo que escupas el agua hacia delante y te caiga encima, lo intento en un par de ocasiones aunque solo consigo salpicarme un poquito, el cansancio me impide calcular la trayectoria parabólica correctamente, ahora me alegro de no haberlo conseguido.
Paro a descansar en la caseta de las vías del tren, decidiendo si ataco la bañera o sigo por la vía verde del agua. Finalmente me decido por la segunda opción, prefiero rodar con buen ritmo en llano, ya había subido una cuesta durilla y la segunda podía resultar mortal.
El resto fue coser y cantar. Rodé a muy buen ritmo, me vi bien esa parte final.
Al final 2:05 desde que salí de casa, con una paradilla de 10 minutitos, 35 km. Bastante sufrimiento pero lo considero necesario a estas alturas. Paterna está en el horizonte, ¿llegaremos a la intermedia?.
Por otra parte mis zapatillas nuevas también están teniendo su ración estos días. Salí el viernes y el domingo, 6 y 7.5 km, a un ritmo muy lento para como estaba en Mayo cuando paré, es normal. Sobre los 5:40 el kilómetro. Tengo unas agujetas de impresión. Aún así estoy satisfecho. Francho ha vuelto a los caminos... y al asfalto.
3 comentarios:
Ánimo, compañero en la chunguez!! Las agujetas ya sabes como se quitan: con más ejercicio...
De alguna forma o de otra, el SB Pepineitor dará espectáculo en Paterna!!
Me alegra ver que de nuevo estás dando guerra, es una alegría que estemos los tres en Paterna.
Por otro lado es normal lo del otro día, hace mucho calor estos días y unido a la falta de ejercicio cuestan mucho más las cuestas.
Puedes llevar un bote de agua para refrescarte la cara.
Qué grande! ya me estoy imaginando a los tres entrando en meta juntos mientras de fondo suena The Final Countdown!! jajajajajaja
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