Tras asistir el año pasado a la XIVª Subida a Munigua y resultar ser una gran fiesta de la bicicleta para la S.B.Pepineitor, este año ya teníamos pensamiento de repetir. Sin embargo se sumó una excusa más a la causa. Como pista, os muestro las siguientes imágenes:
No hay que ser un hacha de las 7 diferencias para darse cuenta... Nuestro gran fotógrafo Jose ha vuelto a demostrar que sus fotos valen la pena, y es que es la segunda vez que nos cogen las fotos para publicar algo oficial. Cuando nos dimos cuenta, en seguida nos pusimos en contacto con el Club Ciclista Munigua y amablemente nos dijeron que nos guardarían un cartel para que lo tuviésemos de recuerdo. Ergo aquí tenéis la excusa extra: teníamos que ir aunque solo fuese para recoger el cartel! :D.
Desgraciadamente por motivos familiares serios, hasta última hora no sabíamos si podríamos asistir, con lo que no nos inscribimos para la ruta. Jesús y Jorge se quedaban fuera de la convocatoria, el primero por tener planes ineludibles y el segundo por tener la bici en el taller. A última hora del sábado decidimos ir Jose y yo (Leni), y el domingo 14 de Marzo de 2010 a las 9 de la mañana poníamos rumbo hacia Villanueva del Río y Minas, por la carretera definitivamente perdedora que nos marcaba el GPS.
Llegábamos más tarde que la hora de salida, pero descubrimos con grata sorpresa que todo el mundo iba igual o más tarde que nosotros dos. Preparamos las bicis y nos vamos a la carpa donde se entregan los dorsales. Nos ofrecen la oportunidad de inscribirnos aun, pero a sabiendas de que no era la opción más moral, decidimos no hacerlo y gastarnos el dinero en montaditos. Al fin y al cabo ya íbamos preparados para esa opción y llevábamos nuestro propio avituallamiento. Jose recoge un par de carteles y se va al coche a guardarlos, mientras yo diviso al grupo de LaPringáBTT y me voy con ellos a charlar un poco antes de comenzar la ruta.
Un rato después dan la salida y nos colocamos casi los últimos. Y digo casi porque por detrás escuchamos a un grupo que cerraba el pelotón al grito de "PODERRR DE LA VARAAAAA!!!".
Comenzamos dando una vueltecita por el pueblo, lo justo para empezar a mover un poquito las piernas, ir fichando a los infraseres que no aguantarían la ruta completa por flipaillos, y conocer a un gran personaje de la ruta: el fotógrafo artístico, un chaval que se adelantaba para hacer un bien a la sociedad ciclista con sus fotos, pero en vista de donde colocaba la cámara pasamos a llamarlo así. Y es que tendía a colocar la cámara detrás de todo objeto que encontraba, incluso por debajo de un caballo en lo que creemos un intento de hacer arte con las partes nobles del equino jajajaja.
Al volver a pisar tierra, el destino quiso que se nos acercara por detrás un viejo conocido con la música a todo volúmen, mostrando su gusto por los viejos clásicos de discoteca que tanto nos molan a Jose y a mi. No podía ser otro que... PREDATOR! Qué crack!
Empezamos a subir un poco por una pista entre olivos en bastante buen estado, aunque a algunos este tramo les pareciera un infierno por varios bancos de arena que había que atravesar. Para los que estamos mínimamente acostumbrados a salir en bici eran fáciles de superar, puesto que la arena aun se encontraba algo húmeda y las ruedas no se clavaban en exceso, pero como había bastante gente novata se formaron algunas peloteras, en ocasiones difíciles de esquivar.
Al salir de esta zona entramos en otra preciosa, más sendero que pista rodeado de eucaliptos desde la que se divisaba este río de arena:
Aquí ya subimos unos cuantos repechillos curiosos con la dificultad añadida de esquivar al montón de gente que ponía pie a tierra justo delante tuya. Desde esta zona pasamos a una carretera muy ancha (he visto autopistas más estrechas) en subida más o menos constante donde aprovechamos un poco para charlar con el compañero PepeKiki. Decir que es la subida más larga que he hecho desde mi vuelta a los pedales y las sensaciones fueron geniales (gracias a Juano por avisar de que la subida era larga jejeje).
Salimos del asfalto y volvimos a camino, y en algún momento mientras pedaleábamos le estaba yo comentando a Jose que casi me choco con uno que se paró en una subida cuando yo iba justo detrás, cuando me dice él: "Pues anda que yo..." y veo que con la mano señala todo el largo del cuerno de su bici. "Hasta aquí." me dice. Yo me quedé un poco que no sabía qué hacer ni qué decir. Estaba entendiendo que me comentaba algo muy chungo que implicaba al cuerno de su bici y a la retaguardia de algún pobre biciclista, pero no me podía creer que fuera eso lo que me trataba de explicar. Así que insistí, no fuera que mi sucia mente me estuviese jugando una mala pasada. "Pero que... con el cuerno... por el ojete... a alguien...?" intenté decir. "Hasta aquí, culebra, to entero" me repitió sin dejar de señalar el tope del cuerno en el manillar. Jajajajajajaja creo que no hubo el suficiente cachondeo acerca de este suceso de lo patidifusa que me dejó la confesión de Jose.
Hasta ahora yo había salido milagrosamente invicta en las cuestas y bancos de arena, pero en esta zona tuve que poner pie a tierra dos veces: en una subida y en un banco de arena, en el que por desgracia me fui a dar con la rodilla en la palanca de cambio del manillar. Sin mucha más novedad que unos cuantos repechos más en los que había que abrirse paso entre la gente a golpe de plato chico y mucha maña, llegamos al Cortijo de las Arenillas, donde hicimos una paradilla para reponer agua y donde Jose y yo nos comimos nuestra barrita y plátano respectivamente.
Desde allí seguimos subiendo algunos repechos que nos llevarían al avituallamiento en el apeadero de Arenillas. En este tramo se sucedieron dos eventos que no podían caer en el olvido. En el primero voy subiendo un repecho en línea recta cuando me grita un chaval por detrás "por la derecha!!!" y todavía no había terminado de decirlo cuando me da un golpe en el manillar por el lado derecho. A ver chaval, que grites por la derecha no significa que yo me aparte hacia la izquierda, sino que con eso me avisas para que no me vaya a la derecha mientras tu me estás pasando. Y en cualquier caso, maldito suicida, ¿como pretendías que te viera? ¿por el ojete? jajajajaja.
El segundo suceso es memorable y mucho mejor: voy subiendo una vez más por un repechillo y un infraser (no puedo llamarle chaval porque seguro que tenía ya canas en los huevos, ni tampoco hombre porque su calaña está excluida de llamarse así) se paró y bajó de la bici justo cuando Jose pasaba por su lado, pegado a la orilla izquierda del camino. Yo, que iba justo detrás, me lo comí de lleno y aun no se como lo esquivé. Al pasar por su lado le dije "Quillooooo no me hagas esooooo" a lo que el infraser me responde: "Da lo mismo, si no vas a llegar arriba...". Mi contestación fue más un acto reflejo que otra cosa: "Anda que no!!!". Al alcanzar a Jose me dice: "¿Como se digna ese tío ni siquiera a dirigirte la palabra?" y me confiesa que lo había escuchado todo y que mientras subía se iba descojonando de risa. Será cabrón el tío! jajajajajaja este suceso me llena de indignación y cachondeo!
Bueno, ya en el avituallamiento nos comemos nuestras barritas y hago de fotógrafa a todo el grupo del Club Ciclista Munigua al grito de "Qué viene el tren!" debido a que yo que estaba haciendo la foto me encontraba de espaldas a las vías. Tras confesarles que éramos los del cartel, nos hicieron una foto a los dos ¡Qué privilegio!. Además salimos muy bien, incluso apenas se nota que llevo las piernas con más bultos que una culebra jarta castañas (entre las gomas de las perneras y los culotes no veas que pintas...).
Foto cortesía del Club Ciclista Munigua
Tras haber descansado un poquito, volvemos por donde hemos venido, que como era casi todo subida, ahora es casi todo bajada. El año pasado continuamos por otra zona distinta que subía al santuario romano de Mulva, pero este año debido a las incesantes lluvias, la organización con muy buen criterio ha cambiado el itinerario.
Tardamos bien poco en llegar al pueblo y a la carpa de inscripción-postruta. Nosotros dos nos fuimos directamente al puesto de montaditos donde nos dejamos un sueldo leru a leru. Ni toda la pimienta del mundo hizo que nos supiese mal nada de lo que tomamos jejejejeje.
Pues nada, otro año más en Munigua y otra gran fiesta de la bicicleta para la S.B.Pepineitor. Para nuestro gusto este año, aunque desgraciadamente no hayamos podido subir al santuario romano y el camino haya sido el mismo a la vuelta, la ruta ha estado de lujo. La zona preciosa y entretenida, con sus cuestecillas y sobre todo con menos paradas que el año anterior, que fue un poco el festival de las peloteras. Conseguir un recorrido ciclable al 100% para gente con todo tipo de niveles con lo que ha llovido este año tiene mucho mérito. La organización como el año anterior se lo ha currado tela, incluso los premios del sorteo este año parecían un poco mejores y el sol nos acompañó durante toda la mañana (y menos mal, porque cuando venía una nube hacía un frío de la leche!). En resumen, un pedazo de día de bicicleta.
El año que viene esperemos que la situación nos permita ir otra vez, y esta vez no de tangaos sin dorsal. Y a ser posible con la S.B.Pepineitor al completo, aunque eso ya es mucho pedir :D.
Aquí dejo un
enlace a la ruta y el perfil:
Nos vemos en los caminos!
