XVI Cicloturista "Caminos del Aljarafe": Cicloturista de LOCOOOOO

¡Buenas biciclistas!

El domingo tendríamos que haber ido al descenso del Guadalquivir, pero como se explicó en la anterior entrada, sufrió un aplazamiento por la lluvia. Y ¿qué ocurre cuando uno estaba mentalizado de mojarse en la bici y se le cancelan los planes? pues para todo miembro del Pepineitor eso se traduce en buscar alternativas húmedas y a ser posible con barro y sufrimiento.

La casualidad quiso que ese domingo también fuese la XVI Marcha Cicloturista "Caminos del Aljarafe", o Cicloturista de Gines, aunque por todos será conocida de hoy en adelante como la definitiva Cicloturista del Barro o Lluvia o Humedad en general.

En este caso, fui yo (Leni) la que tramó la encerrona en silencio. No me costó mucho convencer a Cuberos para que fuéramos, y el domingo por la mañana a las 8:45 estábamos en la puerta de mi casa engrasando las bicis para ir al pueblo vecino, sin dorsal ni nada, a la aventura.


Muchos fueron los llamados y pocos fueron los elegidos, así que de los 500 inscritos estaríamos allí menos de 200. Llegamos a la carpa y teníamos la posibilidad de inscribirnos GRATIS tan solo un rato antes de la salida. Mientras esperamos a la misma, caía la del pulpo, por lo que la gente se escondía como podía en fachadas y en la misma carpa, en la que se "perdió" una cámara de fotos de forma mágica... Ni Juan Tamaríz, oiga!

Al poco de salir, con la lluvia ya puesta, nos metemos en caminos y vaya tela como estaban los caminos, ya que en la madrugada cayó medio diluvio universal, y la otra mitad nos cayó durante la ruta... Los charcos y el barro no es que abundaran, sino que era lo único que había, y los biciclistas parecía que no querían mojarse... pero pronto se resignarían y absolutamente todos nos metimos por charcos y barrizales gigantes sin darle más importancia.

Bajamos por el cordel del patrocinio hasta la verea, al llegar a las obras para cruzar por debajo de la autopista fue la repanocha, allí estaba tó lo gordo del barro y ya nos daba igual a todos mancharnos o mojarnos. En el mismo plan fuimos hasta enlazar con el cordel de Triana a Villamanrique.

Yo le iba diciendo a Cuberos que mi bici apenas frenaba, y cuando llevábamos un buen tramo recorrido de este camino comprobé con horror que ya frenaba cero patatero. Y cuando digo que no frenaba es que no frenaba lo más mínimo, apretaba con todas mis fuerzas las dos manetas de freno y como si nada. En un reagrupamiento eché un vistazo y la llanta se encontraba recubierta de una especie de grasilla negra, que según el gurú viene de la mezcla de las pastillas, el barro y el agua. Lo limpié pero seguía igual, así que el resto de la ruta, cada vez que necesitaba aminorar la marcha o pararme, tenía que decir "CUBEROS FRENAAAA!!" o "JOSE PARAMEPARAMEPARAMEEEEE!!!" jajajaja, entonces él se ponía a mi lado, me agarraba en el brazo y me paraba: toda una exhibición de chunguez.


Antes de llegar al avituallamiento nos cayó la del tigre, un chaparrón de los buenos que nos hizo acordarnos del resto del grupo, seguramente calentitos en sus camitas (momento vídeo-crónica), yo no recuerdo una mojá tan grande sobre la bici.
El avituallamiento fue en los pinares y duró el tiempo suficiente para comernos dos Mars, un aquarius y una naranja y volver a salir antes de enfriarnos lo más mínimo. El camino de vuelta era el mismo que el de ida y la gente metió el turbo, se ve que tenían ganas de pillar ya la cerveza.
Por aquí se me puso a la par el coche de la organización con la cámara y el micrófono preguntando por mis frenos, y les tuve que explicar el magnífico sistema que usábamos para pararme jajajaja no se si saldrá pero nombré al Orgullo Puma y a la S.B.Pepineitor.


Al llegar al puente romano, Cubo y yo decidimos tirar hacia Bormujos y ahorrarnos el barrizal de la obra de la autopista a la vuelta. De esta manera limpiaríamos las bicis en la gasolinera, nos ducharíamos rápido en mi casa y llegaríamos en coche a la comilona en el pabellón cubierto. Aunque la organización ponía a nuestra disposición toda serie de medios (lavadero de bicis, duchas de agua caliente en polideportivo y pabellón...) nosotros no teníamos ropa para cambiarnos allí, y la idea de estar en la comida mojados... como que no.

Así que eso es lo que hicimos. Y llegamos al pabellón como los señores, duchaditos, sequitos y calentitos. Y nos pusimos hasta el ojete de tortilla, patatas, quesito, salchichón, gazpacho, paella, cerveza, refrescos... y aunque en el sorteo no nos tocó nada, se sortearon muchísimas cosas, y creemos que por lo menos el 10% de la gente se llevó algo. Bueno, en realidad todos nos llevamos algo: una buena ruta de btt, una buena comilona, una camiseta conmemorativa, y en definitiva, una mañana pasada por agua pero en la que todos disfrutamos.


Y así ha transcurrido la Cicloturista de Gines 2010, gran fiesta de la bicicleta y cita para anotar en el calendario sí o sí. Una clara muestra de como asistir a una ruta organizada sin pagar ni un duro y acabar más que satisfecho en todos los sentidos (incluido tener la pancita llena).

Siestazo y compra de pastillas de freno nuevas pendiente.

¡Nos vemos en los caminos!