Salida Bombeo Fanega 03-10-2009

Bueno pues esta vez señores me dispongo a intentar contaros las historias/peripecias de esta salida en la cual el sufrimiento se hizo palpable, la trampa venía al final... (y no lo digo precisamente por lo de: “a la derecha, a la derecha” jajaja).

Partimos de las Pajanosas camino de Guillena (y no camino de un pantano tal y como Ortega sugirió al ver el bote tamaño “matamostquitos” que Cubo usó para engrasar su bici), por aquí el camino bonito y entre la ilusión del comienzo de ruta, que el paisaje era bonito y que no estábamos cansados discurrimos bastante bien.

Aquí se nos ve a la sección participante en esta ruta, como siempre mandar un recuerdo a los miembros no presentes Leni y Francho.

Nuestro guía, Jose nos embelesó con excelentes paisajes,

y encima caminos muy buenos sin mucha pendiente, esto duró los primeros 30 kms. Después de eso llegamos a la primera cuesta con maldad si señores, maldad, ante esta cuesta lo único que se pudo hacer es… paciencia y pedaleo constante con desarrollos cómodos.

Y aunque parezca mentira si llegamos arriba (yo confiaba en Cubo y Ortega pero yo la verdad es que me sorprendí a mi mismo)

La bajada fue por el mismo camino que la subida, aquí fue donde se alcanzaron los picos de velocidad próximos a los 50 km/h y no fueron más por la cantidad de curvas que tenía la carretera.

Tras esa cuesta en cuya bajada soltamos un poco de adrenalina, Cubo nos demostró que íbamos de engañados a la ruta, ahora venía lo peor… cuestas y mas cuestas. En el perfil del camino podemos apreciarlo, el segundo pico es todavía mas alto que el primero si cabe, pero tras esta segunda cima lo peor ya había pasado.

A la vuelta bajamos hasta las Pajanosas por caminos muy chulos, del estilo en el que aparece en las fotos con sus charquitos, sus bajaditas, vamos todo lo que se le puede pedir a un camino.

Por estos parajes fue cuando, gracias a las indicaciones de Cubo, casi me ahogo me hundí en un charco hasta el manillar, Jesús pasó dicho charco por el medio mojándose sólo hasta las pantorrillas, a los gritos de Cubo desde el otro lado del charco de… “POR LA DERECHA, POR LA DERECHA”.

Yo ni corto ni perezoso me dispongo a pasarlo como un campeón, cual es mi sorpresa cuando por la derecha el agua no llegaba por las rodillas sino por la cintura, jajjaja. Tras unas risas y unas fotos cuando ya estaba saliendo del POZO (algo mas hondo que largo para mi es un pozo).

Continuamos la ruta hasta las Pajanosas por este sendero tan chulo y que tanto nos ha hecho reír (yo de primeras no me reía, pensé que iba a morir ahogado), finalmente repusimos fuerzas en un bar en donde la cerveza no podía faltar y, para el niño como no, acuarius.