jueves, 10 de marzo de 2011

Ruta Jacarandá o como sufrimos la primera encerrona del año

¡Buenas biciclistas!

Hace ya 5 meses que os tenía abandonados, dejandoos en las infernales y enfermizas manos de Jesús Ortega, sé que el trago por el que habéis pasado no ha sido agradable, pero no todo el mundo tiene el poder de presentar una crónica en condiciones. Mucho ha cambiado la vida desde entonces y más va a cambiar, de momento mi hegemonía como Capo dil Pepino se está viendo seriamente amenazada por parte de mi Consiglieri, yo sé que esto no puede ser, pero es que ultimamente se mea en mí prácticamente en todas las salidas. Por otro lado tenemos el gran problema de los miembros de la Pringá BTT...puedo aceptar una victoria de Jesús, pero Guillermo...por favor, lo de Jasp lo puedo aceptar, ¿qué está ocurriendo?¿quién me pone la pierna encima para que no levante cabeza?¿Quién me vende EPO?He pensado en volver al centro de transfusión para que me devuelvan las donaciones que he hecho, pero creo que ni así.

Bueno vamos a dejarnos de tonterías y vamos a entrar en manteca, vamos a relataros la gran ruta de Jacarandá, conmemoración del primer aniversario de nuestros amigos biciclistas de La Pringá BTT, para esta ocasión estrenábamos transporte, otro de los nuevos cambios en mi vida.

Quedábamos al alba o un poco más tarde ya ni me acuerdo del iempo que hace, lo que si que me acuerdo que nuestro amigo meteorólogo no debería haber cobrado ese día, porque había una pequeña llovizna, cosa que achacamos a la niebla, como bien le dije a Jesús, ya levantará como muy tarde al mediodía, eso demostró que como ingeniero a lo mejor me gano la vida pero como adivino pasaré más hambre que un caracol en un cristal.

Nos presentamos unos 30 ciclistas en Aracena para hacer dos tipos de rutas, una "suave" y otra más fuerte, Jesús y yo como buenos conocedores de la muerte y ante la imposibilidad de haber celebrado mi cumpleaños con una ruta épica decimos hacer la fuerte, siempre tendríamos la posibilidad de buscar una excusa a mitad de ruta para huir con el rabo entre las piernas. La ruta ha realizar contenía en parte senderos ya realizados por mí a pie, la primera parte hasta Los Marines era inédita, de momento nos llevamos la primera sorpresita del día, aunque en Sevilla no había llovido demasiado allí parecía que el agua había corrido de lo lindo los días antes, así que nos encontramos nada más salir zonas con bastante barro, suerte de no ser barro arcilloso aljarafeño, también en menos de 300m ya llevaba la cara más guarra que la Loles que se casó con un negro para no lavar los hijos, y es que la cantidad de agua que corría por la sierra hacía que la rueda delantera nos embarrara la cara y la rueda trasera el culito.
De los Marines a Fuenteheridos era parte de la ruta que ya había hecho en dos ocasiones andando y que tenía unas ganas enormes de hacer en bicicleta, fue de las partes que mas me gustó, aunque la presencia de barrillo la hacía un poco dificultosa, sobretodo para uno que dio un buen talegazo. Desde Fuenteheridos ha Galaroza coincidía con la ruta que habíamos hecho de senderismo hacía solo unas semanas, un sendero espectacular para la bicicleta, sobre todo me encantó una parte que prácticamente cabía la rueda, por esta parte como por casi toda la ruta había que tener mucho cuidado con las piedras que había bajo las hojas secas de los senderos.

Otro punto a destacar de la ruta fue el sendero que nos llevaría de Galaroza a Castaño del Robledo, que corría junto a un arroyo con unas vistas a un bosque en galería que unido a la niebla y a la llovizna le daban un toque mágico, en esta parte se veía ya que la cosa iba a estar justa de tiempos y de fuerza, tendremos que volver para hacer esa parte andando.

Una vez en Castaño del Robledo pusimos rumbo a Fuenteheridos, por un sendero en bajada que a Jesús y a mí nos volvió locos, de nuevo pude observar en primer plano que Jesús ha mejorado muchísimo en las bajadas, esta parte nos encantó y nos puso la piel de gallina.

A partir de este punto entramos en lo que se podría llamar el castañar de la muerte, un sendero que transcurría por el medio de un bosque maldito, por un terreno poco pisado que unido a la lluvia produjo que cada pedalada equivaliera a tres en un terreno normal, esta ruta creó el primer cisma en los 12 componentes del grupo, 4 de ellos decidieron poner rumbo a Aracena por carretera, el resto seguimos rumbo a la peña, por un sendero estrecho y a veces demasiado roto, pero que terminaría por dejarnos tras un pequeño llaneo por un firme arenoso y compacto en la peña de Arias Montano.

Una vez en la peña coincidimos con el resto de compañeros que estaban haciendo la ruta "suave", aquí cometimos el error del día, deberíamos haber seguido con ellos, en su lugar decidimos continuar con la ruta "DURA". Tras un bonito sendero que en fuerte bajada nos dejaría en la aldea pseudo-hipi del Calabacino, de allí a Alajar en un plis-plas y de aquí en larga bajada por asfalto hasta casi llegar a la Aldea de los Madroñuelos.

En este punto empezó nuestro calvario, creo que tardamos casi 1 hora en hacer 2km por un sendero no sendero lleno de piedras mojadas y en subida, esto nos dio la pontilla mortal, nunca terminaba y veías como el tiempo avanzaba y avanzaba, juzgar el terreno vosotros mismos

Leve descanso......y vuelta al infierno...
Por fin ya estábamos a la entrada de Linares de la Sierra y se impuso un nuevo ritmo en la ruta: Maricón el último
Ya todo era carretera hasta Aracena, Jesús estaba muerto y yo hacía una hora me había tomado mi última barrita con el de la guadaña, que me dejó por imposible y se fue, la carretera a Aracena empezaba subiendo y continuaba subiendo, así que miré al suelo y me puse a pedalear, pensando en la muerte, sinderamente lo veía todo muy negro, así que para darnos ánimos la llovizna se convirtió en lluvia, a continuación en lluvia fuerte y finalmente en aguacero, cuando quedaban unos 5km y creyendo que los peces carroñeros me comerían en el arcén de la carretera se hizo la luz, una luz metafórica porque seguía lloviendo, pero a cambio el terreno se hizo totalmente favorable y en bajada llegamos hasta Aracena, no sabía si lloraba de la ilusión por la cantidad de agua que llevaba en la cara, si me había hecho mis necesidades encima por el peso de la badana o si tenía dedos en los pies o no, pero casi habíamos llegado, solo nos quedaba el último kilómetro en subida hasta el coche.

Kilómetro infernal con la gente mirándonos como lo que éramos, unos auténticos locos, subimos subimos y subimos hasta nuestra meta, nos quitamos la ropa con más o menos unos 20 litros de agua que llevábamos puesta y nos cambiamos por ropa seca, en el proceso de cambio de ropa descubrí una nueva forma de producir tortura, que el músculo que recorre todo tu pie desde el talón a el dedo gordo se te quede cogido, eso me produjo nuevas cotas de dolor y sufrimiento, creo que el ejército nazi decidió eliminarla de su listas de torturas por cruel.

Pues con todo cargado en el coche y sequitos pusimos rumbo a Higuera de la Sierra para ponernos como el Quico y demostrar que la falta de saque tras nuestra última ruta biciclista había sido algo anómalo, nos comimos todo lo que nos pusieron y algo más en la Jacarandá

Bueno y hasta aquí una crónica que viene con casi un mes de retraso, de una ruta que mereció la pena, porque en el fondo nos gusta sufrir en lo alto de la bicicleta o andando por el monte, o las dos cosas a la vez como en esta ocasión, y si encima el tiempo no acompaña te envuelve un estado catatónico, en este estado lo único que te importa es llegar al final, porque sabes que allí las penurias vividas atrás no tienen importancia, puedes verlo todo desde la lejanía y comprendes el porqué de tanto sunfrimiento, ves cuando errastes tu camino creyendo que ibas por el bueno, te acuerdas de los cruces que te hubieran quitado ese tramo final que te mató, de las malas decisiones tomadas, en ese momentos lo entiendes todo y una sonrisa se dibuja en tu cara porque sabes que ya has termiando, entonces la ilusión se vuelve a apoderar de tí y quieres volver a empezar.

¡Perras! ¡HE VUELTO!

4 comentarios:

Jorge dijo...

Jajajajaja.

illo peazo cronica.. jajaja me he partido el pecho.

Si en cuentras EPO... comparte, a ver si así utilizo la bici jajajaja

Jesus dijo...

Tres semanas esperando la gran crónica y al final se me olvida dejar un comentario jajajajaja.

Grande la crónica como ella sola, todo se ajusta a la realidad, y el sufrimiento fue mayúsculo, pero bien que hicimos la ruta con los fuertes, más lentos y con más dolores , pero hecha.

Como ya intuimos las veces que fuimos de senderismo el sitio merece mucho la pena para la práctica del biciclismo.

Pues nada, a ver si se convierte en más habitual tus crónicas.

Diego Luis dijo...

Acabo de descubrir tu pagina y me ha encantado la cronica. Jajajaj, me ha traido buenos y malos recuerdos, vaya puñeta la subida por carretera hasta Aracena era interminable y no digamos del tramo inedito e inciclable (vaya putadita).
P.D. Yo soy Diego el de la Canyon que estuvo a punto de abandonar un par de veces con ustedes dos

José Antonio Cuberos dijo...

Buenas Diego, encantado de ver comentarios de gente nueva.

En cuanto a la ruta esos dos tramos fueron mortales jajajaja

Habrá que volverla a hacer quitando eso.

Un saludo.