lunes, 28 de noviembre de 2011

Camino del río

¡Buenas biciclistas!

Me presentaría si no fuera porque creo que no lo necesito, soy el guía del Pepineitor.

Desde Junio creo que no montaba en bicicleta, si no fue en Mayo, ya ni me acuerdo, además fue con una bici prestada (Como en esta ocasión, solo que en esta iba con una bici de gama baja, muy baja). Ha pasado mucho tiempo desde entonces y ha sido gracias a una propuesta del tito Kleiner cuando me he decidido a salir de nuevo.

La ruta programada era ir desde Sevilla a La Señuela en Lebrija por el margen izquierdo del Guadalquivir y rodeado de agua por todos los lados, en sí se podría calificar como de ruta pestiñaca, aparentemente sin mucho que ver, totalmente llana y sin ninguna dificultad... NOOOOOOOO

La ruta es espectacular en esta época del año, vas en todo momento escoltado por uno de los dos grandes ríos Sevillanos, y por medio de las marismas repletas de agua y repletas de aves, que para un enamorado de la naturaleza como yo es algo que me encanta, gaviotas, cormoranes, cigüeñas, todo tipo de anátidas, muchas rapaces y una espectacular cigüeña negra, creo que era la primera vez que veía una.

Por otro lado la ruta es llana, pero si aparece el viento se hace dura, muy muy dura y ya os digo que el modo sepulturero hizo acto de presencia.

El grupo lo podéis ver en la siguiente foto, todos éramos del foro ciclista La Pringá BTT, un grupo de gente espectacular en todos los aspectos humanos y que en lo deportivo me sorprendió gratamente su evolución.


En total éramos unos 35 biciclistas, todos pertrechados de unos magníficos bocadillos que el organizador de la ruta nos había dado, es que el tito es mucho tito y deja la organización de las rutas en un nivel muy alto.

Salimos de la gasolinera de la raza en busca de la margen derecha del Guadaira para pasarnos a la izquierda a la altura del polígono la Isla, por aquí se iba bastante rápido siempre con el viento a favor y un firme bastante bueno.

En lo alto del bancal soplaba bien el aire y se notaba un poco de fresquito, los campos ya están preparados para la siembra o sembrados y se ve un contraste de colores espectacular, marrones, verdes y el azul del cielo.


Nuestra tradicional foto del Pepineitor, Jesús detrás como siempre fue y como siempre debería ser y yo mostrándole el camino. una foto que me trae recuerdos de momentos épicos en los que nunca hubo ningún reproche por mal que se pusiera la cosa, y es que el orgullo puma mueve montañas.


Antes de la unión del Guadaira y el Guadalquivir nos encontramos en plena marisma, donde ya se ha recogido el arroz y donde todo está lleno de vida, salvo las ratas muertas del camino jajajaja. Ratas con las que podría comer una familia hambrienta durante una semana, como diría mi amigo Paco el frutero "esa rata tiene un guiso".



Entre jaja y jiji llevábamos ya 40 km cuando de repente el caminio "se puso" contra el viento y me despertó de mi pseudo-facilidad para el pedaleo, vaya patada en la cara que me dio. Si ya llevaba un rato que me costaba mantener la velocidad con la bici, es que el desarrollo de la rockrider de mi hermana tiene bastante menos desarrollo que una BTT de gama media, la presencia del viento a unos 10 km de la Señuela me encendió todas las alarmas, si hasta ahora el viento era a favor en la vuelta sería todo en contra y no era precisamente una brisa jajajaja.

El tito me intentó convencer, pero gracias a Dios soy consciente de que ahora mismo no soy lo que fuí, soy casi un mierda de la bici, así que llamé a Jesús para informarle y nos dimos la vuelta en el km 43. Y menos mal jajajaja, en la siguiente foto ya se ve a mi gregario delante, como en toda la vuelta jajajajaja


Nos paramos y dimos buena cuenta de los bacadillos, plátanos y barritas, todo ello para intentar no morir en el camino de vuelta, os puedo decir que todo fue para nada jajajajaja

Durante 43 largos kilómetros me arrastré como serpiente en la hierba, bueno más bien como babosa en el barro. Lo que a la ida fueron 2 horas 20 minutos de risas, a la vuelta se convirtieron en 3 horas 40 minutos de dolor, como diría Jose Luis Moreno en Torrente "Mucho dolor". El modo sepulturero me acompañó durante 30 km, haciendo cada pedalada un mundo de tortura y martirio, pero aún así para mi ha sido un día épico, un día de esos que cuando estemos en la post-ruta con una cerveza en la mano, como está mandado, nada de mariconadas de bebidas isotónicas, será recordada por siempre, por lo mucho que sufrí, lo mucho que me costó pero que tras casi medio año sin hacer una ruta miré a la muerte a los ojos y salí victorioso tras 96 km de los cuales más de la mitad fueron de puro dolor.

La post-ruta lo dicho, como debe ser, con una buena cerveza en la mano mientras Jesús y yo nos reíamos y nos compadecíamos de todo aquel que no supo retirarse a tiempo y que seguramente seguría por esos caminos sufriendo durante más de 7 horas. Recordad queridos lectores: Cuando el viento sopla, una retirada a tiempo siempre es una victoria.

Me ha encantado dejaros estas palabrillas y contaros mi humilde proeza, nos volveremos a ver por los carriles.

¡Hasta la próxima!

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