domingo, 3 de abril de 2011

VI Descenso del Guadalquivir

¡Buenas biciclistas!

Con un poco de retraso os voy a relatar lo acontecido el pasado Domingo 20 de Marzo, cuando un grupo heterogéneo unido solo por su afán de pedalear por el lago Ligustinos y el golfo Tartésico hasta la desembocadura del Betis allá por donde encalló el barco del arroz cuando se perdió, donde la uva se convierte en Manzanilla, "oseasé", el descenso del Guadalquivir desde Sevilla hasta Sanlúcar de Barrameda.

No recuerdo la hora de la salida pero sí recuerdo que las calles aún no estaban puestas, pudo ser sobre las 7 de la mañana.

En principio Jesús y yo nos apuntábamos respondiendo a la llamada de "Tito Kleiner", el disgusto del día nos lo llevamos al enterarnos que el primo Nacho perdía Orgullo Puma a última hora y por diversos motivos ajenos a su persona decidía no acompañarnos durante la ruta.

Por otro lado y para ser sinceros no esperábamos gran cosa de esta ruta, esperábamos una ruta monótona, sin carisma y demasiado larga... Pero nada más lejos de la realidad, salvo los primeros kilómetros hasta llegar a la carretera que une el polígono La Isla con la barcaza , la ruta fue un rutón, a ello ayudaba el espíritu de fiesta que invadía a todos los participantes.

A ese espíritu festivo acompañó la calidad del grupo que formamos con "La Pringá BTT", tengo que decir que en pocas rutas me he reído y disfrutado tanto como en ésta, rodeados de momentos inolvidables.

Pese a que quedamos como bien he dicho antes de que pusieran las calles, se puede decir que después de hacer el rodeo para evitar una inexistente zona de barro nos colocábamos, como es costumbre, a cola del pelotón.

Momento que aprovechamos Jesús y yo para adelantarnos del grupo imponiendo una velocidad de crucero de 28 km/h durante un buen puñado de kilómetros, la verdad que no estamos acostumbrados a rodar a esos ritmos y el ir adelantando por una vez a todo el mundo sin ver a nadie que nos pasara nos dio alas.

Por el margen del Guadaíra, en un llano que no tenía fin, con una temperatura ideal y con una de las mejores compañía que se puede tener al lado, el otro miembro activo del Pepineitor (visto desde una visión nada homosexual y centrados en el deporte, no vaya a ser que el Talibán del Pepineitor se ponga tonto y haya que darle dos yoyas)

Aquí vamos en plan muerte, volando a ras del suelo y creyendo que nos hacíamos el descenso en tres horitas jajajaja, hay que decir que somos unos flipados de los buenos.

A las 10:30 llegábamos a la primera venta que había en mitad de la nada, y es que estaba en medio del campo, a 15 km en línea recta del núcleo poblado más cercano, aquí esperamos un ratillo hasta que aparecieron nuestros compañeros de ruta, pero la espera mereció la pena gracias a los bocadillos de chorizo y salchichón que nos traía Joaquín, a la mierda las barritas energéticas jajajaja
En este punto nuestro gran amigo Guillermo no podía aguantar más y no se veía con fuerzas para llegar hasta Sanlúcar de Barrameda, por lo que decidió darse la vuelta acompañado por su fiel "escudero" el incombustible Jasp. (En realidad sí podía, pero aquí hay mucho cabroncete)

Esta parte de la ruta fue la que más nos gustó, pese a la recta de 11 km con la que empezaba, y no es que después de la recta entráramos en una sucesión de curvas interminables jajajajaja

Estábamos en el paraje de La Señuela e íbamos entre eucaliptos, viendo gran cantidad de cigüeñas y con el Guadalquivir a nuestra derecha, con una temperatura que rozaba la perfección y sin viento, un gustazo en toda regla, por cierto la primera vez que rodaba con ropa totalmente veraniega este año.

Sin duda ha sido la vez que durante más tiempo habré ido suelto de manos, por lo menos 2 km.

Nos acercábamos a la provincia de Cádiz, mientras nos encontramos al típico engañado que iba andando a falta de 40 km jajajajaja, lo peor es que iba solo, pero nuestro compañero Líder creemos que se hizo amigo suyo jejeje. Ya han pasado dos semanas y me sigo riendo pensando en la situación dantesca.

Salíamos de los eucaliptos y teníamos otro paisaje de nuestro río, más marisma y menos árboles.

Ya se olía el mar y poco a poco sabíamos que la ruta llegaría a su fin en no más de 25km, que al ritmo que rodábamos sería un ratillo, el viento seguía sin aparecer y las sensaciones que llevaba sobre la bici me tenían asustado, no estaba nada de cansado y eso que llevaba 4 horas sobre ella.

Ya en Cádiz Jesús se propuso mostrarnos toda su vena gaylomán y nos mostró esos esculturales brazos jajajaja, gracias a Dios a reconocido su error y ha prometido no volver a subirse las mangas nunca más, muy bien hecho Jesús, rectificar es de sabios, en esta foto da el ok a todo lo dicho.

Mientras más cerca de la desembocadura más marisma y más aves, en esta foto un grupo enorme de flamencos, ya estábamos casi en los pinares de la Algaida, haríamos un par de curvas y entrada.

La entrada en los pinares fue apoteósica, con cervecitas, chicharrones y carne con tomate, más algún bocadillo que cayó, ¡viva el deporte y las dietas equilibradas!

Aquí Jesús y el tito más a gustos que un cochino en un charco.

Como siempre hubo clases para todo, en el ciclismo no íbamos a ser menos y mientras unos se arrastraban por las arenas al sol otros disfrutábamos de un magnífico carril bici.

Una vez en la Algaida empezó a soplar un poquito el levante, aquí el grupo se dividió en dos, unos que tiramos a muerte y otros que venían más relajados, Jesús tenía un pequeño dolor en la rodilla y se quedó en el grupo de atrás.

El tema de Jesús y sus dolores necesita una pequeña aclaración para ti apreciado lector (por cierto puedes dejar un comentario, los estamos pagando a una cerveza, dos si es ingenioso). Como bien sabes en los últimos tiempos Jesús me ha dado para el pelo aprovechando diferentes circunstancias de la vida, pero lo cierto es que ese sobre-esfuerzo por quedar encima mía le ha pasado factura, sí amigos es muy difícil rodar durante tantas rutas dándolo todo por intentar superarme, y eso demostrado está que se paga. Jesús déjalo ya, estás a tiempo de seguir siendo un segundón toda tu vida o despedirte de la bicicleta cuando aún no has hecho nada importante jajaja

Bueno después de la Algaida entramos en Bonanza donde el viento ya era algo curiosito, pero a todo trapo en plan sprint vuelta a España por las calles de Sanlúcr de Barrameda, hasta llegar a nuestra meta, y con el día que hacía nada mejor que un buen baño en esa "limpia" playa de aguas cristalinas, jajajajaja, ¿quién dijo miedo?.



Comida en un restaurante de bajo de guía, donde parecía pleno mes de Agosto casi sin hueco en ningún bar y con vistas al coto nos despedimos de Sanlúcar hasta la próxima.

El año que viene habrá que plantearse el VII descenso y este verano la I Ruta Chipiona qué grande eres, ¡NOS VEMOS EN LOS CAMINOS!.

1 comentario:

Jesus dijo...

Si que lo pasamos bien ese día la verdad, con ese pedazo de tiempo...y todavía con mi pierna sana, ahhhhhhhh lo echo de menos!! quiero coger la bici!! a ver si esta semana ya me recupero :(, y ya veremos quien supera a quien ¬_¬

Y sí, pedazo de mamón nunca más me recogeré las mangas del maillot creo que afecta a la masculinidad de un miembro del pepineitor.

En fin, que la ruta que pensabamos que sería mediocre resulto ser un pedazo de día.

Ahhh y por cierto, si veis entrar en una heladería a un señor con piara y media de niños y vosotros estais esperando... huid insensatos!!