
Saludos
PD: A ver cuando deja de llover, probablemente cuando tenga que volver a trabajar :(

La zona siempre picaba para arriba entre matorral de monte bajo, se vio algún conejo y se escuchaban perdices y tiros, cancela tras cancela íbamos subiendo, debido al frío los abductores de Jesús le causaban molestias y estaba asustado, los míos los notaba raro también, pero pronto decidieron dejar de doler, sabían que no pararíamos aunque se rasgaran. Íbamos por un terreno en buen estado, en algunas zonas un poco suelto y roto, atravesando diferentes explotaciones ganaderas de bovino, ovino, caprino y porcino, teniendo que ir con mil ojos para evitar las heces (mierdas de bicho) no fuera que la fuerza centrifuga con la que la rueda las lanzaba nos diera un desagradable desayuno.
Nuestro camino discurría por el tradicional camino rumbo al Mogote, pero poco antes de llegar a la carretera que nos llevaría a La Muela, pedanía de Algodonales, cogimos un camino que nos llevaría a ascender el cerro del Calvario por un camino de poco uso, por no decir ninguno, con un terreno suelto de terroncitos de tierra, piedras del tamaño de pelotas de tenis y una considerable pendiente, acentuando su dificultad la presencia de alguna grieta producida por la escorrentía.
Para mí esta zona es una de las que más me gustan, además de ver como he evolucionado en el ciclismo en estos últimos meses, ya que la subí sin poner pie a tierra salvo en un momento, pero solo fue un apoyo, mis tres acompañantes la subieron también de auténtico lujo, y eso que Jesús no podía meter el piñón grande porque su cadena se salía, demostró que con paciencia y saliba se la metió el elefante a la hormiga, y poco a poco subió sin apenas problemas que reseñar.

Desde lo alto de la cumbre se podía ver Olvera y la sierra del Terril y el Peñón de Algámitas, el día estaba bastante despejado y el fresco era compensado con el gran esfuerzo que estábamos realizando para subir. Ahora tocaba una breve bajada, pero que había que poner todos los sentidos y un sendero tipo campo a través que nos dejaría en La Muela, con apenas 15 km en el cuerpo ya se puede decir que la ruta merecía la pena, no se si Jesús estará de acuerdo conmigo pero el hecho de hacer esta parte ya demuestra que estaba un par de peldaños por encima de su nivel en verano.

Una vez en la muela paradita para recargar agua el que quiso y rápidamente ponemos rumbo a nuestra meta del día, la ascensión al Mogote. Qué comentar de la subida al Mogote que ya no comentara la vez anterior, es algo duro y exigente, aunque ya he localizado algo nuevo que le echa la pata encima. El Mogote son 10km a una media del 6,5% con unas rampas muy duras y hormigonadas para que los coches que suben para saltar en parapente y ala-delta puedan traccionar bien, superando en esas rampas el 20% de pendiente, Jesús sabía que lo iba a pasar mal y yo sabía que lo iba a pasar mal, pero tengo que decir que me sorprendió muy gratamente. Tras arreglar el problema con su piñón grande, y darle algunos datos de la subida, decidimos que haríamos una parada tras los cinco primeros kilómetros, los más duros, nos tomaríamos una barrita y seguiríamos con la subida.
Y dicho y hecho, empezamos a subir poquito a poco pero con un ritmo sostenido, quizás un pelín alto para Jesús, aunque muchas veces era él el que ponía dicho ritmo, jo6antonio siempre un pelín atrás calentando motores, siempre con su sonrisa, en un plis-plas nos encontramos haciendo el merecido descanso, momento en el que nos adelantó un cohete tierra-bici que subía como un poseso ¡qué miedo!, al poco un grupo de www.kafre.es , unos auténticos máquinas subiendo y bajando, y por último o entre medio de ellos una chavala que subió corriendo más rápido que nosotros en bicicleta ¡para coger la bici y quemarla en el acto!
La cara de Jesús era un poema que medio se solucionó con el bocadillo de jamón que llevaba yo y su lata de acuarius, pero en ese momento yo sabía que el no bajaría por la trialera, el se enteró uno media hora después.




El estado de Jesús podemos decir que era prácticamente lamentable, pero el tío ya recuperado se puso rumbo por "camino" rompepiernas hasta Zaframagón.
Pero en este bonito paraje rodeado de matorral donde pudimos poner a prueba nuestras dotes endureras, Adwin y un servidor nos dejamos llevar por un sendero de vacas camino de la nada, muy bonito pero que pagamos subiendo posteriormente en busca del camino perdido teniendo que andar debido a la pendiente y a la densidad de matorral.
Y de repente en una subida escuchamos el canto del Espino, ese ser que escondido en el terreno espera acechando nuestras ruedas y dejándolas sin una gota de aire, en este caso la dejó sin una gota de nada, ni que hubiéramos matado a Predator en medio del monte, de nuevo se demostró la utilidad de las cámaras Slime como maquillaje para películas.
Cuando parecía que todo el pescao estaba ya vendío apareció los tramos made in jo6antonio, ya decía yo que habíamos abierto mucha cancela pero no habíamos sido asaltavallas hasta ese mismo instante, en cuestión de 200m nos saltamos dos, con un pinchazo de mi parte por medio. Llegados a un punto decidimos tirar por un "senderito" que había a la derecha, en este momento Jesús reía por no llorar como podéis ver en la foto.
El sendero nos llevó a un sembrado verde con el peñón de Zaframagón al fondo, aunque parecía que ya estábamos al final nos quedó un tramito de arena con su correspondiente vallita y el posterior vadeo del Guadalporcún, con ese tonito que solo saben dar las aguas fecales, aún así y pese a todo tras un arenoso sendero llegamos a la Vía Verde.

La verdad que casi no nos lo podíamos creer, por desgracia todo lo bueno se acaba, Jesús veía el final de la encerrona y puso ritmo infernal en busca de la Cerveza Perdida, mientras jo6antonio y yo elucubrábamos sobre posibles rutas dirección Morón, creo que la zona merece mucho la pena.
Las impresiones de la post ruta son que esta ruta es para hombres, para hacerla con tiempo disfrutando de la belleza del entorno y sufriendo, una ruta que tuvo de todo pero sobre todo una compañía de lujo y un Gran Amo que nos mostró el camino a seguir, gracias Jo6antonio por tu forma de entender el ciclismo y hacernos partícipe a los miembros del Pepineitor de esta magnífica ruta.

Al principio en la plaza del pueblo se hablaron que si cuestas que si para arriba que si para abajo (jajjaja pues ya sabes), nada mariconadas, no se como entre montañas se puede hacer una ruta con tan pocos desniveles.


Algo mas de mitad de camino paramos para un avituallamiento, decir que fue muy bueno, organizado y bien preparado.
En esta zona se hizo notar la presión acumulada por el sillín, y dimos un glorioso concierto de trombas y trombones. No todos los miembros del pepino participaron el tal recital, Jesús se abstuvo, para luego, en una parada táctica para aliviar las vejigas, intentó hacer un solo a capela que fue un autentico desastre.



Tras estas paradas y el pinchazo la rueda delantera, nos quedamos de los últimos en los que nos encontramos con uno de los chavales que organizaban el evento. Nos reímos un rato con él y con los cambios de impresiones sobre los asistentes al evento.

Al poco rato llegamos a nuestro destino donde estaba Leni esperándonos con Odi y Paca. Comimos como reyes en un pabellón en la que la organización tenía preparada la comida, e intercambiando unas risas.
Tras el sorteo en el que no fuimos ninguno agraciados con los presentes nos fuimos a ver el castillo y… a que nuestro capi hiciese el ridículo ante unos niños nos fuimos a casita. (para mi con el ¡¡¡a chuparlaaaaaaaa!!! se resarció un poco pero no mucho)




Esta es la parte escrita por jorge y ahora vamos a la parte vivida por José Antonio